domingo, 23 de noviembre de 2008

La bruja y hechicera Celestina

La Compañía de Teatro Clásico de Sevilla acaba de estrenar esta semana en el Teatro Lope de Vega la obra "La Celestina", una de las obras más sobresalientes de las letras hispánicas.
Destacar uno de mis episodios preferidos: cuando la bruja, hechicera, alcahueta y vieja prostituta Celestina realiza el CONJURO a Plutón para que Melibea se enamore de Calisto a través de una madeja de hilado hechizado. De esta manera, dejo así ejemplificado como el personaje de "bruja" no es patrimonio exclusivo de la literatura fantástica... Hay muchas más brujas de las que nos imaginamos entretejidas entre las páginas de los libros...

CELESTINA.- Conjúrote, triste Plutón, señor de la profundidad infernal, emperador de la corte dañada, capitán soberbio de los condenados ángeles, señor de los sulfúreos fuegos que los hervientes étnicos montes manan, gobernador y veedor de los tormentos y atormentadores de las pecadoras ánimas, regidor de las tres furias, Tesífone, Megera y Aleto, administrador de todas las cosas negras del regno de Éstige y Dite, con todas sus lagunas y sombras infernales y litigioso caos, mantenedor de las volantes harpías, con toda la otra compañía de espantables y pavorosas hidras. Yo, Celestina, tu más conocida cliéntula, te conjuro por la virtud y fuerza de estas bermejas letras, por la sangre de aquella noturna ave con que están escritas, por la gravedad de aquestos nombres y signos que en este papel se contienen, por la áspera ponzoña de las víboras de que este aceite fué hecho, con el cual unto este hilado, vengas sin tardanza a obedecer mi voluntad y en ello te envuelvas, y con ello estés sin un momento te partir, hasta que Melibea con aparejada oportunidad que haya lo compre, y con ello de tal manera quede enredada, que cuanto más lo mirare, tanto más su corazón se ablande a conceder mi petición. Y se le abras y lastimes del crudo y fuerte amor de Calisto, tanto, que, despedida toda honestidad, se descubra a mi y me galardone mis pasos y mensaje; y esto hecho pide y demanda de mí a tu voluntad. Si no lo haces con presto movimiento, ternásme por capital enemiga; heriré con luz tus cárceres tristes y escuras; acusaré cruelmente tus continuas mentiras; apremiaré con mis ásperas palabras tu horrible nombre, y otra y otra vez te conjuro, y así confiado en mi mucho poder, me parto para allá con mi hilado, donde creo te llevo ya envuelto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oye no se te escapa una, ehhhh. Siempre al pie del cañon!!!